Tag Archives: sentido

noche-minera-en-Gran-Vía-cc-juanlusanchez

El espíritu crítico y la manipulación emocional

Yo ya no sé si creer lo de que tenemos lo que nos merecemos, lo de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades o es que simplemente somos tontos y es una mezcla de todo. Últimamente, el sentido crítico es algo que escasea aunque no lo parezca. Parece que ser crítico es decir que los políticos son unos mangantes caraduras, que los de la Iglesia tienen muchos privilegios y que los bancos son el demonio encarnado en la tierra. Pero lo siento, eso no es ser crítico. El tema es que estamos deseando que alguien saque cuatro números que apoyen lo que nuestra intuición nos dice y, en ese momento, agarrarnos a él como un clavo ardiendo con tal de confirmar nuestra teoría.

En las últimas semanas han surgido diversas historias como el de los 450.000 políticos que hay en España o el del milagro de Hollande que demuestran que algunos se tragan todo lo que leen sin más. En el fondo es el derivado del que te van a hacer pagar por hotmail y cosas así. El peligro está en que aquí hay un componente ideológico de manipulación de masas. Sí, estos son bulos fomentados por diversas gentes, tanto de izquierdas como de derechas, para manipular emocionalmente al personal. ¿Qué estás cabreados con los políticos?, pues yo te voy a dar un numerito al que agarrarte para que lo estés más. Lo habitual de estas historias es la falta de fuentes: la mayoría de las veces son datos que nadie sabe de donde salen y que no hay manera de cotejar. Además, la mayoría de las veces no solamente tienen argumentaciones pobres sino que los datos son directamente falsos. Pero es que además son tan burdos que no hace falta tener un Master en Ciencias Económicas para verlo. ¿De verdad alguien cree que Hollande ha hecho 4.500 jardines de infancia y 3.700 escuelas primarias con 2,3 millones de Euros?

Junto con los bulos están las apelaciones emocionales (en el fondo todo es emocional) a la rebelión y los razonamientos de causa-efecto por si cuela. Tenemos el ejemplo de los que dicen que hay que dejar caer a Bankia sin pensar en las consecuencias reales que eso tendría. Son, como decía, discursos que apelan a las entrañas del cabreo generalizado, que comparto, pero que aparte de irreales carecen de fundamento real. Porque si critico a los mineros de Asturias seguro que me llueven palos. Ahora, eso sí, qué bonita la estampa de los señores entrando por la Gran Vía con los madrileños recibiéndoles.

Querido amigo: antes de mandarle a tus amigos lo de los 450.000 políticos, antes de colgar en tu Facebook el milagro de Hollande y antes de defender con pasión a los mineros lo conveniente es que analices la información que te llega. Mira quién lo ha escrito, analiza durante un segundo el texto, no te quedes con el titular efectista, busca un poco más y coteja un medio de información fiable. Porque tú que eres tan listo no puedes dejarte manipular y, desgraciadamente, lo están haciendo y lo intentarán seguir haciendo. Que hay mucho en juego.

Y, siento decirte esto, tú también tienes parte de culpa en todo lo que está pasando. Porque no vives en una isla desierta y formas parte del sistema y participas y te aprovechas de él. Todos somos responsables. Ya sé que es más fácil echar balones fuera pero no recuerdo que le echases la bronca a tu cuñado cuando te decía que ingresaba en negro las chapuzas que hacía y, mientras, cobraba el paro. Nunca le dijiste nada a aquella vecina que se sacó una paguita de la Junta de Andalucía diciendo que le dolía una rodilla cuando tampoco era para tanto. Y qué decir del primo de tu madre que pillaba suculentas becas para sus hijos mientras él cobraba una pasta en B para que hacienda no le clavase. ¿Por qué nunca les llamaste la atención en la cena de Navidad?

Lo primero que hay que hacer es un análisis de conciencia como sociedad. Porque los políticos, los constructores y los banqueros tienen familia y son seres humanos. No son entes abstractos que no tienen nada que ver con nosotros y viven en mundo paralelo (bueno, algunos sí). Que lo fácil es que sean monstruos. Pero no, son españoles como tú y como yo. Que quizás tengan más responsabilidad en lo que está pasando. Por supuesto.

Pero no estoy hablando de ellos. Estoy hablando de ti.

doraemon2

Ojala mis sueños se hicieran realidad

Doraemon representa el cumplimiento de nuestros sueños. La posibilidad de que todo lo que imaginemos, por imposible que parezca, se haga realidad. No importa cuantos sueños tengamos Doraemon siempre podrá hacer que éstos se hagan realidad. El problema es que Nobita es medio tonto y no sabe aprovechar las posibilidades de tener un gato cósmico en tu casa. En el fondo, Nobita es el palurdo que todos somos en algún momento. Incapaz de saber ver más allá de sus gafotas, Nobita no sacará todo el partido que podría a las posibilidades que ofrece Doraemon. Nobita no deja de ser un mediocre con corazón. Si Suneo no fuese tan rastrero sería el amo del mundo porque es más listo que Nobita. Pero le puede ser un chungo que sólo piensa en su beneficio de forma despreciable. En ese sentido, Nobita es más desprendido, humilde y generoso y por eso nos cae mejor. Tiene sus momentos de egoísmo pero siempre aprende. Y tiene a Shizuka como objetivo. Ella es la perfección hecha niña: bella, simpática, sensible, todo lo que un niño como Nobita podría soñar.

Sigamos soñado.

El asesino coherente

Dexter es un analista forense del departamento de homicidios de la policía de Miami especializado en sangre: tiene una extraña habilidad para la búsqueda de patrones en las salpicaduras sanguíneas. Esta cualidad viene dada por la experiencia ya que Dexter también es un asesino en serie. Dexter usa sus recursos dentro de la policía para “corregir” los fallos del sistema. Tomarse la justicia por su mano es la coartada perfecta para saciar su insuperable instinto asesino. Pero su coartada no es nada hipócrita, al placer de matar le tiene que acompañar su particular sentido de la justicia. Por ello es metódico, nada impulsivo y siempre consciente de sí mismo. Sabe lo que es y no necesita justificaciones morales para hacer lo que hace. Sólo mata a “malos” y se siente fatal cuando se equivoca, porque los monstruos también pueden ser humanos.

En sus cuatro temporadas hemos visto a Dexter mantener una constante lucha contra si mismo: un impecable esfuerzo por ser coherente, aceptar su propio ser y ser siempre fiel a su código moral. En todo este proceso también se sitúa una de sus mayores luchas: mantener la apariencia de normalidad. Como todo tarado emocional que se precie de serlo no sabe ser “normal”. Dexter no entiende a la sociedad que le pide que sea como ellos, pero él se esfuerza dentro de lo que cabe. A pesar de haber visto la cara del mal, mantiene un barniz de inocencia ante el mundo que le rodea. Y ahí radica parte de su encanto.

Dexter ya forma parte de la historia de la televisión. Pertenece a ese particular subgénero de series-personaje junto a Gregory House, Jack Bauer, Nancy Botwin, Don Draper, Hank Moody: ejemplos poco edificantes de nuestro propio ser, productos morales de nuestro entorno. Pero, ¿quién nos dice que nosotros somos mejores que todos ellos?

Los mejores videoclips de la década: Time to pretend

Aún recuerdo como en el backstage del FIB 2008 Pedro Pan nos hablaba, con su apasionamiento y expresividad habitual, de un nuevo grupo que había escuchado que se llamaba MGMT. El pobre Pedro no entendía cómo los del FIB no los habían fichado para que tocasen allí. En ese momento nadie sabía de qué hablaba Pedro, pero yo me quedé con el nombre. A la vuelta, los busqué y lo primero que encontré fue el vídeo de “Time to pretend”. No era técnicamente perfecto, era deslabazado, caótico y sin mucho sentido. Pero ahí radica su encanto. Como todo buen videoclip sirve de complemento perfecto a la canción que ilustra. El desmadre, la psicodelia, las drogas, la inocencia propia de la juventud, la diversión. La complejidad dentro del aparente aspecto cochambroso. La poesía de un chroma mal hecho. La belleza de lo imperfecto. El vídeo que siempre me hubiese gustado hacer si me hubiesen dejado y yo hubiese tenido el talento necesario.


MGMT – Time To Pretend (Official Music Video) – Watch more top selected videos about: MGMT

La mejores películas de la década: Hedwig and the angry inch (2001)

John Cameron Mitchell era un niño actor que un día creció y, junto a Stephen Trask, ideó la delirante historia de Hedwig, un cantante de Punk-Rock venido del Berlín Este al que una fallida operación de cambio de sexo le deja un trozo de carne entre las piernas, la pulgada rabiosa. Contado así parecería una película digna del mejor/peor Almodóvar. Pero no, nos encontramos ante un relato universal que aúna una humildad y, a la vez, ambición enormes. Porque “Hedwig and the angry inch“ nos cuenta el Origen del Amor y de cómo nos convertimos en criaturas solitarias. Así de simple.

hedwig_and_the_angry_inch

“Para ser libre uno tiene que abandonar una parte de sí mismo” dice la madre de Hansel/Hedwig. En su busca del cariño, Hedwig pierde sus genitales, pero no pierde sus ganas de amar y ser amado. Y está preparado para aceptar cualquier sacrificio que sea necesario para conseguir su sueño. Por el camino, experimentará el abandono, la indigencia, la humillación y el rechazo. Esto le convertirá en un ser amargado y resentido al que todos acabarán dando de lado. Pero Hedwig no se da cuenta que es él el que provoca la huida de los que tiene alrededor. En su viaje redentor, aprenderá que el Amor puede ser complementariedad, conocimiento, creación pero también desprecio, heridas y cicatrices. Son esas cicatrices las que nos forman como personas, nos hacen ser nosotros mismos; porque las cicatrices (tanto las físicas como las del alma) son nuestra historia, los accidentes que hemos cometido, los golpes que nos han dado.

john cameron mitchell

Todo esto que podría parecer muy triste está narrado por John Cameron Mitchell, en su doble faceta de actor-director, con una vitalidad y optimismo contundentes. A esto ayudan las hermosas canciones compuestas por, que en su mezcla de opera, rock, punk y glam, acaba trascendiendo el género musical. Se suceden los homenajes a Bowie, Lou Reed, Iggy Pop y las grandes estrellas del rock’n’roll, del rock de verdad. El rock que sale de las entrañas. Pero también están  Aretha, Yoko, Nico, Tina, y las grandes damas del rock’n’roll. Porque el rock no entiende de sexos, sólo entiende de pasión. Como la pasión de Hedwig, que lo pierde todo, pero no se hunde, porque sabe que siempre tendrá su voz con la que gritarle al mundo que todos estamos desorientados. Que todos buscamos esa parte que nos fue cortada de tajo, y que no estaremos completos hasta encontrar lo que nos falta, ya sea él o ella.


Las mejores películas de la década: El viaje de Chihiro (2001)

En 2001 el Festival de Berlín concedía, por primera vez en su historia, el Oso de Oro a una película de animación. Este hecho provocó que Hayao Miyazaki saliese del reducto de aficionados al anime y se abriese a un público más amplio, que aún así seguía siendo reducido. “El viaje de Chihiro” se podría entender como un “Alicia en el país de la maravillas” convertido en feliz pesadilla.

poster-viaje-chihiro

La odisea de la niña Chihiro que ve a sus padres convertidos en cerdos, se torna en un viaje iniciático y de crecimiento, en el que la asunción de responsabilidades se convierte en el camino hacia la libertad. Vemos en Chihiro a una niña exigente y testaruda, incluso desagradecida, y aprendemos con ella. Aprendemos a ser pacientes. Aprendemos el valor del esfuerzo. Aprendemos el valor de la responsabilidad. Aprendemos que para ser exigentes con los demás, primero tenemos que ser exigentes con nosotros mismos. Que la libertad conlleva una serie de responsabilidades que debemos asumir. Que la libertad tiene un precio que debemos pagar. Y que si ese precio no lo pagamos gustosamente, la libertad se puede convertir en nuestra peor cárcel. Y que nosotros solos no podemos. Necesitamos ayuda. Pero también tenemos que aprender a dejarnos ayudar. Quién confía en nosotros querrá lo mejor para nosotros, aunque al principio nos parezca lo contrario. Esa confianza debe ser la base del apoyo mutuo, si no mejor dejarlo. Chihiro no se deja ayudar por Haku, pero éste, poco a poco, se va ganando su confianza, Chihiro se hace valiente y acepta el precio que debe pagar, enfrentándose a sus miedos.

chijiro-sin-cara

La densidad conceptual aportada por Miyazaki viene apoyada por un despliegue visual sobrecogedor. Aún se me pone la piel de gallina recordando la primera visión de la película. Fue de esos momentos embriagadores donde los sentidos se veían abrumados y casi me da un Stendhal. También recuerdo la llamada de teléfono que hice, totalmente emocionado por lo que acababa de ver. Recuerdo no poder parar de hablar frenéticamente porque pocas veces se tienen esas sensaciones en un cine. Verte golpeado visual y sonoramente. Pero también mentalmente. “El viaje de Chihiro” me hizo sentir feliz. No todo en el cine debe ser pasarlo mal. La felicidad es posible. Hayao Miyazaki me la proporcionó de una forma que pocas veces he vuelto a sentir.



Las mejores películas de la década: In the mood for love (2000)

Como si nunca se hubiese hecho una película de amor. Como si fuese la primera película que trataba ese extraño tema. Como si nos estuviese hablando de una sensación desconocida y ajena. Así afrontó Wong Kar WaiIn the mood for love” en la que sería la película que le lanzaría al reconocimiento mundial.

in_the_mood_for_love

No era la primera vez que el chino enfocaba el tema del Amor. Ya en su anterior “Happy together” había fundado unas bases, sobre todo estilísticas, que en ésta se ven depuradas y ampliamente superadas. Nunca una imagen ralentizada había tenido tanto significado, nunca una repetición había transpirado tanto romanticismo. La lluvia parece filmada como si nunca nadie la hubiese filmado antes. Incluso el pudor hacia la mirada enamorada nos hace sentir incómodos porque estamos viendo algo que nunca nadie había visto. El alma de un hombre enamorado, consumido, dolorido. La frialdad de una mujer ardiente, segura y escurridiza. El abrazo que nunca veremos. Wong Kar Wai consigue una fusión de calidez y frialdad, de humedad en la mirada y sequedad en el gesto. La contradicción como ejercicio de estilo.

Tony Leung escucha a Nat King Cole cantando “Aquellos ojos verdes”. Maggie Cheung se contonea con unos vestidos y peinados imposibles. Apenas se rozan, casi no se miran. Pero sólo existen ellos. No hay nada alrededor. El verdadero amor que aisla, absorbe y consume. Pero no se consuma. O al menos la mirada honesta y recatada de Kar Wai no lo muestra. Porque queremos que ese amor adúltero (como todos los grandes amores del cine) se mantenga puro. No queremos condenarlo.

tony-leung-maggie-cheung

“In the mood for love” es la historia de un amor susurrado. Un secreto escondido en lo más profundo de un hombre. Quizás una ilusión, un sueño tal vez. El cine de Amor ya no volvería a ser el mismo. El Amor ya no volvería a ser el mismo. El propio Wong Kar Wai se quejaba de que ni siquiera él había sentido nunca ese Amor que tan bien supo describir. Y es que quizás esa sea la grandeza y el gran engaño del Cine: mostrar sentimientos que no existen en el mundo real, porque el sufrimiento por amor queda muy bien en la pantalla pero que levante la mano al que le gustaría vivir semejante calvario.